¿Qué es la litografía?

La litografía es una técnica de impresión, en la que se realiza un texto, un dibujo o bien una fotografía, en una plancha metálica o bien en una piedra calcárea. Hoy en día prácticamente no se utiliza, tal y como se realizaba de forma original, salvo para la duplicación o la obtención de obras artísticas. Su uso comenzó en 1796, de hecho, fue creada por el actor, dramaturgo y cajista Aloys Senefelder. La litografía clásica u original en sus inicios se utilizó para dibujar mapas y sobre todo partituras musicales. Si vamos a los orígenes, la palabra “litografía” viene del griego lithos que significa piedra y de la palabra griega graphe que significa dibujo. Es una forma de impresión que se basa en la miscibilidad del aceite y el agua. También es una técnica para imprimir imágenes o textos en papel u otro material que sea adecuado para que se realice dicha impresión. 

Está técnica de impresión nace, gracias a que el artista Aloys Senelfelder, no encontraba nadie que quisiera editar sus obras, por lo que se ve obligado a grabarlas él mismo. Como el cobre era demasiado caro, y no se lo podía permitir, empezó a pensar en un material asequible en el que poder realizar sus grabados, hasta que se dio cuenta que la piedra bávara era suave y lisa. Y es de manera fortuita que descubre como grabar la piedra con ácido, haciendo una forma con bajo relieve que se podía usar para la impresión. Cabe señalar, que, aunque la fecha en la que se comienza a realizar la litografía fue en 1976, está muy lejos de la técnica conocida ahora con ese nombre.  

En su origen la imagen que se quería imprimir se dibujaba con un tipo de sustancia grasienta, como puede ser la grasa, el aceite o la cera, y se realizaba sobre una placa de piedra caliza plana y lisa, obviamente. Para poder realizar este tipo de impresión se debía de usar una piedra caliza que estuviera pulida en la que se podía dibujar la imagen a imprimir. Después la piedra se trataba con una amalgama entre un ácido débil y goma arábiga que hacía que las partes de la piedra que no estaba protegida por la grasa, atrajera ese líquido.  

Lo primero que se tenía que hacer para la impresión, es humedecer la piedra. El agua solo se pegaba a las partes tratadas con goma, de esta forma se hacían aún más repelentes al aceite. Después de aplicar una especie de tinta hecha a base de aceite, que se adhería únicamente al dibujo original. Finalmente, la tinta se transfería a una hoja de papel blanco, generando una especie de página impresa. Sin duda, es una técnica tradicional, pero se sigue usando para el estampado artístico. Para cada color deben usarse diferentes piedras y el papel tendrá que pasar por la prensa para imprimir las mismas veces como diferentes tipos de tintas se empleen. En los carteles impresos gracias al sistema litográfico, que fueron muy extendidos en el siglo XIX y las primeras décadas del siglo siguiente, se usaban entre quince y veinte tintas como poco. Carteles de este tipo eran usados para anunciar las corridas de toros, o bien para la Semana Santa, así como los diseñados durante la Guerra Civil española. 

En la actualidad, la litografía se ha visto un poco modificada. La imagen se transfiere o se genera a partir de un revestimiento de polímero en patrones que se adhiere a una plancha, en este caso de plástico o también puede ser de metal flexible. Las tablas que se utilizan para la impresión, sean de piedra o bien de metal, pueden generarse gracias a un proceso fotográfico, este tipo de método se conoce como “fotolitografía”, aunque este término se puede referir a una fabricación de microelectrónica que es algo similar. La litografía “offset” o impresión “offset» es un tipo de litografía en la que la tinta es transferida a la plancha de papel gracias a una placa o un cilindro de goma, no por contacto directo entre ambos. De esta manera, se mantiene seco el papel, y facilita una operación mucho más veloz y automatizada. Como es lógico, este tipo de litografía ha sustituido a la litografía tradicional en la impresión a gran volumen. Debemos de tener en cuenta que en años 60, la mayor parte de los libros y de las revistas, especialmente los que están ilustrados en color, se imprimen gracias a la litografía offset, es decir, se imprimen a partir de planchas metálicas que han sido creadas fotográficamente.  

Si hablamos como tecnología de impresión, debemos de señalar que la litografía es diferente a los grabados a buril. En este caso la plancha se graba, se graba al aguafuerte o a media tinta para hacer unas cavidades que mantienen la tinta de la impresión. También se diferencia de la impresión tipográfica también llamada xilografía, en la que la tinta se aplica y fija en el relieve de las letras o en las imágenes. 

Al aparecer las rotativas se comienzan a usar láminas más flexibles de aluminio o de zinc, y ahora más recientemente de plástico, para dejar de usar las pesadas piedras litográficas. Y es con la incorporación de la fotomecánica, las planchas dejaron de ser dibujadas manualmente, ya que las superficies facilitaban exactas reproducciones fotográficas.  

Asimismo, debemos de decir, que con el nombre de litografía se da al sistema de impresión, pero también a los ejemplares que se han obtenido mediante este tipo de procedimiento, así como el taller donde se realizaba este formato de impresión. 

Desde luego que resulta fascinante, como de la falta de recursos nace una idea que se haría absolutamente necesaria para el mundo de la impresión tan y como lo conocemos hoy. Lo que está claro es que sin cada uno de los avances que se han realizado a lo largo de la historia en el campo de la impresión, no hubiéramos podido llegar a la tecnología que tenemos en la actualidad. 

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