¿Eres de esas personas que se mueren por degustar un buen jamón? No nos extraña para nada. En el post de hoy vamos a dar una serie de consejos para poder elegir el mejor jamón. Ya sea de capa blanca o mejor aún si es ibérico, su sabor es absolutamente sublime además de aportarnos proteínas, vitaminas del tipo B, calcio y minerales.
Bueno, pues vamos a ver como elegir bien, casi como un experto, después de leer este post.
Para comenzar, vamos a dar una importancia máxima a comprarlo asesorado por profesionales, ya sea en comercios de proximidad como pueden ser las charcuterías o bien adquiriéndolo en una gran superficie. Los profesionales de este manjar nos asesoran en relación de la calidad del producto y no solo guiándonos del precio. Si bien ellos, conocen las marcas y el producto en profundidad y siempre nos pueden dar el mejor consejo,
No te líes, las gangas no existen, La producción de un jamón de alta calidad es laborioso ya que este producto tiene unos tiempos determinados de curación, es decir:
El jamón de capa blanca necesita entre 9-12 meses denominados de “bodega”, de 12 a 14 meses ya es considerado como “reserva” y si es más de 15 meses es llamado “gran reserva”.
En el caso de un jamón ibérico el tiempo mínimo de curación es de 18 meses, pero si se trata de un jamón ibérico de bellota necesita un tiempo de entre 36 y 48 meses de curación, en el caso del jamón ibérico de campo necesita unos 28 meses para ser curado.
Con lo cual, insistimos, la calidad tiene un precio. Lo ideal es que los productores verifiquen el estado de cada pieza para poder comprobar que están saladas y secadas el tiempo correcto.
Cuando vamos a escoger el jamón, debemos de guiarnos también por el aspecto externo, pero nos va tocar analizarlo por fuera, porque sin duda nos dará pistas de cómo se encuentra por dentro.
Para bien, deberíamos tocar la pieza que has elegido, si los dedos se hunden de forma sencilla es porque ese jamón no está muy curado. En el caso de que esté muy duro, será porque la pieza ha estado demasiado tiempo curando. Lo ideal, como en tantas otras cosas, es que sea un término medio. Normalmente si el jamón está en un punto perfecto de curación, vas a poder hundir los dedos ligeramente y podrás notar rápidamente una resistencia o dureza.
También debemos fijarnos en la pata ya que debe de estar bien cubierta de músculo y grasa, Lo que nos va a ayudar a comprobar que contiene una correcta conformación muscular y grasa. Al tiempo debemos de fijarnos que estas zonas tienen formas redondeadas, y que no existen por tanto hendiduras. Debemos de buscar tanto la homogeneidad tanto en el color como en la superficie de la misma.
Y aunque parezca algo que es desperdicio, debemos fijarnos en la cobertura grasa. Dicha cobertura debe de tener un color amarillento, en el caso de observar que la grasa es de color anaranjado o bien marrón nos señala que posiblemente está rancia o bien oxidada. El tocino, o la grasa de la que hablamos, debe de cubrir la tapa del jamón y seguir cubriendo hacia la punta o cadera, en la que debemos observar y evaluar que en este caso el espesor va menguando de un centímetro aproximadamente a la mitad.
Ahora que ya hemos dado unas buenas pinceladas de cómo elegir un jamón óptimo, vamos a ver cómo elegir un jamón ibérico. En este caso nos debemos de fijar en los siguientes detalles:
La forma de la pata- Ya que en el caso de jamones ibéricos es estrecha, alargada y estilizada, ya que este tipo de cerdo es de “pata fina”.
La pezuña- Otro punto característico, su color, ya que como norma general son negras. Y deben de estar desgastadas, ya que esto indica que el animal se ha criado en el campo.
El etiquetado- En este caso indica el porcentaje de raza de cerdo que lo compone y la alimentación que ha llevado, y hay 4 etiquetas:
negra: Es el 100% ibérico, criado en dehesas y alimentado únicamente por bellotas y por pastos naturales.
Rojo: hablamos de un jamón de bellota, pero con un 75%-50% ibérico, de raza cruzada con Duroc y criado en las dehesas.
Verde: En este caso hablamos del jamón de cebo de campo ibérico. Estos cerdos no han comido bellotas, pero si se han criado con pastos naturales, pienso y hierbas.
Blanco: Es el denominado como un jamón de cebo ibérico. Este cerdo no ha disfrutado de una crianza en libertad si no en granja y la alimentación está basada en piensos de cereales y legumbres.
Y ya vamos con los últimos finales. Muchas veces dudamos si comprar jamón o paletilla. Pues debemos de saber que la paletilla tiene un sabor más intenso, mientras que el jamón posee un sabor más sutil con muchos más matices, pero la calidad sí que debemos saber que es igual en las dos piezas. El jamón tiene un peso superior al de la paletilla. Pero si hablamos de corte, es más sencillo y por lo tanto más aprovechable elegir una buena paletilla, además de no ser que sea una casa con muchos comensales, puede que el jamón tarde demasiado en consumirse y acabe con una mayor cantidad de sal y deteriorándose por completo.
Para que un jamón tenga un consumo correcto, lo ideal es que pase el mínimo tiempo posible entre el consumo y el corte. Si van a pasar muchas horas, tal vez es mejor que te lo loncheen y lo envasen al vacío. Y para su correcta conservación debes de tenerlo a temperatura ambiente en sus jamones, sin que le de ningún tipo de corriente de aire, en un lugar seco, fresco, y tapado como un paño para que no le dé la luz directamente.
Bueno, creemos que después de estos consejos y estas pautas que te hemos facilitado, al menos te resultará más sencillo elegir correctamente el jamón que tú quieras. Al menos, que no te engañen.
Como consejo adicional, te recomendamos conocer el Club Ibérico Passión, un lugar en el que beneficiarte de precios especiales en compras online de jamón.