Los girasoles ciegos es el nombre de un libro escrito en 2004 por el escritor español Alberto Méndez, que relata acontecimientos que ocurren durante la Guerra Civil Española y está formado por cuatro obras: Si el corazón pensara dejaría de latir, Manuscrito encontrado en el olvido, El idioma de los muertos y Los girasoles ciegos.
¿Es bueno el libro?
En el año 2008, se estrenó una película inspirada en Los Girasoles Ciegos dirigida por José Luis Cuerda, y guionada por el propio autor y Rafael Azcona, quien seguramente pensó en tatuarse un girasol en el brazo.
La obra obtuvo el Premio de la Crítica de Narrativa Castellana y el Premio Nacional de Narrativa. Fue publicada por la Editorial Anagrama.
Sinopsis – Conexión entre las 4 obras
El libro trata acontecimientos que surgen en la época tras la Guerra Civil Española mediante cuatro historias que guardan un hilo común.
Los personajes se cruzan entre ellos en los relatos, lo que da continuidad y versatilidad al libro. Así, por ejemplo, el final del capitán Alegría lo descubrimos en la tercera obra, cuando el libro nos cuenta que este comparte cárcel con Juan Senra, el soldado republicano que va contando historias inventadas por él mismo sobre Miguel Eymar, hijo del coronel y su esposa, por el hecho de haberlo conocido anteriormente.
Por otro lado, en el segundo y cuarto relato se establece como hilo conductor a Elena, amada de un poeta de dieciséis años que muere en la huida tras dar a luz en la segunda obra, y en el cuarto y último, el cual da título al libro entero, encontramos que es hija de un republicano de alto ingenio, que se esconde en un armario hasta tener la oportunidad de huir con su esposa y su hijo.
El libro trata acontecimientos que surgen en la época tras la Guerra Civil Española mediante cuatro historias que guardan un hilo común:
Si el corazón pensara dejaría de latir (1939)
La historia comienza con la rendición del principal protagonista Carlos Alegría, oficial del ejército español, ante los republicanos, cuando las tropas golpistas empiezan a entrar en Madrid. Entonces es apresado y movilizado hasta la Capitanía General, siendo así encerrado en una celda.
Mientras estaba en la prisión, la Capitanía fue abandonada por los republicanos y tomada por los nacionales. Cuando lo encontraron, se le condenó a muerte al ser reconocido como un traidor.
Es llevado junto a otros presos a ser fusilado. Tras el ruido del disparo, Carlos se da cuenta de que está vivo, que la bala solo le ha herido la parte superior de la cabeza sin romperle el cráneo y que ha sido enterrado con el resto de cadáveres en una fosa común.
Con esfuerzo consigue salir, y camina en busca de ayuda. Más tarde es encontrado tirado en medio del campo por una mujer, la cual lo cura y alimenta ahí mismo en el acto, pero no lo traslada por miedo a que la vean con él.
Cuando tiene las fuerzas suficientes, se dirige a su pueblo natal, Somosierra, donde es apresado de nuevo.
Manuscrito encontrado en el olvido (1940)
En este capítulo se cuenta, a través de relatos redactados en un cuaderno, como un joven poeta y una chica intentan escapar de los vencedores hacia las montañas de Asturias durante la Guerra Civil.
Ella está embarazada de 8 meses y da a luz en mitad del camino y termina falleciendo. El joven no sabe cómo cuidar del niño. Al principio lo deja llorar desconsoladamente, pero poco a poco se va encariñando con él y cuidarlo se convierte en su único objetivo.
Próximamente consigue robar dos vacas para alimentarse, las cuales les proveen de alimento y les protegen del frío, ya que el invierno se aproxima.
A medida que se quedan sin comida, el joven va matando a las vacas y al no tener el suficiente calor, el niño se muere. El joven, débil y cansado, termina rindiéndose y deja que su organismo muera lentamente.
Este diario íntimo es encontrado en la primavera de 1940, junto a una vaca muerta y dos cadáveres humanos en proceso de descomposición, por un pastor que lo da a conocer.
El idioma de los muertos (1941)
En este fragmento de la obra, se narra la historia de Juan Senra, un detenido que consigue sobrevivir unos días más en la cárcel mintiendo al capitán Eymar. Este, le hacía preguntas sobre su hijo, con el que compartió bando en la guerra e inventa una historia donde el joven traidor se convierte en el héroe que quieren sus padres.
Durante los días que está en la cárcel se hace amigo de un joven llamado Eugenio, con el que habla de cualquier cosa. También coincide con un ex capitán del bando nacionalista, que se había rendido ante los republicanos y que tenía una cicatriz en la frente, como resultado de una bala (Carlos Alegría, protagonista del primer capítulo).
Mantiene una bonita relación con ambos. Después de un tiempo, Carlos Alegría consigue arrebatarle un arma a uno de los carceleros y se suicida. Un par de días después, llaman al joven Eugenio, y es condenado a muerte.
Finalmente, Juan, asqueado por la impostura y por la desolación que siente al haber perdido a sus dos compañeros, decide contarle toda la verdad a Eymar: su hijo había sido un cobarde, un criminal y había sido fusilado justamente. Al día siguiente, Juan es condenado a ser fusilado.
Los girasoles ciegos (1942)
Esta historia se nos cuenta desde tres puntos de vista: un narrador omnisciente, Lorenzo y el Padre Salvador. Comienza con una confesión de un cura, y poco a poco se desarrollan los distintos acontecimientos de la historia.
Un niño, llamado Lorenzo, es alumno del hermano Salvador. Este niño vive en una casa con su madre y con su padre, al cual mantenían escondido entre miedos y silencios dentro de un armario, ya que creen que este está muerto.
Esta narración se une con la otra en la que la mujer embarazada huye con el joven poeta, ya que la muchacha era la hermana de Lorenzo, de la que hacía ya mucho tiempo que no tenían noticias creyendo que había conseguido huir.
El hermano Salvador comienza a fijarse en Lorenzo a raíz de que no quería cantar el Cara al Sol; es entonces cuando el hermano Salvador conoce a la madre de Lorenzo, y poco a poco se va obsesionando con ella.
Salvador le hace muchas preguntas a Lorenzo relacionadas con su madre y con su padre, del que siempre dice que había muerto. Llega un momento en el que la familia planea una huida a Marruecos, vendiendo los muebles y demás cosas de la casa y hacen saber al colegio que el niño no podrá asistir más con la excusa de que este está enfermo.
Salvador, al enterarse, va a la casa con el pretexto de ver al niño, pero cuando ve que éste no se interpone en su camino, se abalanza sobre la madre. Entonces, sale el padre de su escondite y forcejean. Al haber sido descubierto, el padre abre una ventana y se arroja al vacío.
Ventas y premios atribuidos al libro
El libro se convirtió en el fenómeno editorial del año de su publicación: nada menos que casi 250.000 ejemplares vendidos en Anagrama.
Según Jorge Herralde, fallecido antes de conocer su éxito:
De esta primorosa colección de solo cuatro relatos, que triunfó póstumamente a su autor y que hacen de este libro el de más ventas de su editorial de entre los autores originales en castellano.
El libro ha recibido varios premios, como el Premio de la Crítica de narrativa castellana (2004), el 1er Premio Setenil (2004) y el Premio Nacional de Narrativa (2005).
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