¿Qué es un préstamo a largo plazo?

Los préstamos están ideados para ayudarnos a adquirir algún bien o servicio, pero no tienes el líquido para conseguirlo. Entonces ha llegado el momento de pensar en contratar un préstamo. Hay de muchos tipos, pero dependiendo del importe a pedir, tal vez sea necesario pedir un préstamo a largo plazo que, con su duración más prolongada, te permita hacer frente a la deuda sin demasiadas complicaciones.  

Este tipo de préstamo, lleva implícito unas características muy concretas. 

Los ´préstamos bancarios a largo plazo son préstamos en el que la amortización exceda al año. Los que se deben amortizar en menos de un año se denominan préstamos de corto plazo. Aunque no es lo único que los diferencia. Normalmente con los préstamos de largo plazo se pueden solicitar cantidades mayores, debido a que se tiene más tiempo para devolver el importe adeudado. En este caso, se suelen hacer pagos mensuales, para poder hacer frente a la deuda. 

En España, los préstamos a largo plazo se suelen utilizar para la compra de un vehículo, o para adquirir una vivienda, y dependiendo del fin y de sus características, se pueden clasificar de manera diferente: 

  • Préstamos personales: Se usan para la compra de algún bien y no son cantidades demasiado elevadas. 
  • Préstamos hipotecarios: Los aconsejados para comprar una vivienda. Son cantidades más elevadas, y es el propio inmueble el que va a servir de aval para garantizar el pago.  
  • Préstamo para estudiar: Están ideados únicamente para pagar la matrícula de las escuelas y de las universidades. Normalmente el principal atractivo es que tienen un interés mucho más bajo que otro tipo de financiaciones. 
  • Préstamos para empresas: Evidentemente, en este caso, lo tiene que solicitar las empresas, y forman parte del pasivo de ellas mismas. Muchas veces se solicitan para realizar una inversión o bien para poder dar viabilidad a un negocio, pero no para poder solventar algún problema de falta de liquidez. 
  • Préstamo al consumo: Ideados para adquirir bienes, como un vehículo, algún producto tecnológico como un ordenador de muy alta gama, etc. 

Este tipo de préstamos tienen unas ventajas muy atractivas, como son las cantidades elevadas que se pueden solicitar, que de otra forma sería muy complicado conseguir. Tienen la facilidad de devolverse en muchas cuotas a lo largo de los años, adaptándose a las circunstancias económicas del cliente, pero con la conformidad de la entidad financiera. Y al ser un préstamo de duración más larga, se puede negociar, para ajustarlo a nuevas necesidades, si fuera necesario. Tanto para liquidar el préstamo antes de lo acordado, como para alargar el contrato si no se pudiera hacer frente en el tiempo inicialmente acordado. Pero también cuenta con desventajas, como, por ejemplo: el pago de intereses es más alto, a más tiempo, más mensualidades y en cada una de ellas hay intereses, con lo cual se pagan más que en un préstamo a corto plazo. Suelen pedir avales, para asegurar que durante el tiempo acordado del préstamo se va a poder hacer frente a los pagos. Y suele llevar implícito mayor número de gestiones y de papeleo.  

Dependiendo de para qué lo quieras, deberás de pensar qué préstamo es el tuyo, con sus pros y sus contras y siempre acudiendo a profesionales.